domingo, 16 de junio de 2013

El esclavo en nuestra sociedad.

Si una persona no es libre por sí mismo y necesita o depende de otro para cobrar  una ayuda económica, estamos - en una situación de esclavitud, de donde somos un esclavo, en términos objetivos. Bien es verdad, que la anterior situación puede ser todavía peor y más grave, así el parado total sin cobertura de desempleo ni otro tipo de ayuda es un esclavo en peor circunstancia, lo mismo podemos decir de las prostitutas, o de los niños que trabajan o de esos que tienen una jornada laboral de doce horas. Estos resultados son la aplicación del  capitalismo liberal cuyos objetivos son la rentabilidad, el beneficio y el dinero. El hombre-esclavo existe hoy en día, y además no puede rechazar su situación pues  de lo contrario irá a peor. Es verdad, y así lo señalamos, que en otras épocas también existió la esclavitud, si bien en nuestros días se evidencia  una gran raya en la economía, así existe una clase explotada y otra explotadora. Y ese esclavo está edificando ciudades, abriendo canales, trazando rutas o levantando catedrales.
Es la técnica la que permite que los más fuertes dominen a los más débiles, y esto incluso ahora en la era de internet. La técnica está al servicio de los medios de producción, y solo interesan los beneficios que se les da después a los accionistas. Aquí los inversores siempre ganan, las empresas se hacen más fuertes, y a los trabajadores se les señala el camino que tienen que tomar "consumir y consumir y hacer circular el dinero y no producir bienes de equipos duraderos".

En este contexto cabe hacerse una pregunta: ¿tenemos alternativa ante el abuso alienante de la técnica? Un filósofo llamado Marcuse, señala que es posible invertir los términos en la economía para hacer una sociedad más justa, más humana y más feliz y donde la esclavitud no exista. Y a lo anterior llegaremos según Marcuse cuando la maquina la pongamos al servicio del el hombre y este tenga o este menos tiempo en el puesto de trabajo, pues se producirán bienes de equipos que sean duraderos y necesarios y donde no cabe el principio de producir más para vender más. También será necesario que el trabajo no sea penoso ni nocivo y aboliremos las tareas repetitivas. Se trata de que la maquina este al servicio del el hombre y no el hombre al servicio de la maquina, a todo esto lo podríamos llamar "tecnología humanista", donde estaríamos ante una sociedad con mas ocio y con menos horas en el puesto de trabajo. En resumen la teoría de Marcuse sostiene que si los hombres gastan menos energía y fuerza en producir solo lo que es esencial para sus vidas, trabajaríamos dos o tres horas al día, consumiríamos lo básico y jamás iríamos almacenando cosas y cosas y ya la tiranía del capitalismo liberal no tendría sentido de consumir y consumir.

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