sábado, 13 de octubre de 2012

Teatro Ulía lo que fue y ya no es.


En nuestro pueblo, nos cuentan nuestros padre y abuelos, siempre existión un teatro, que llevaba como nombre el de Ulía, en memoria de aquella ciudad romana que existió en la época clásica.

El teatro Ulía nos narran nuestros abuelos, era un teatro de renombre y de gran categoría arquitectónica. Su figura geométrica lo formaba un gran rectángulo. Desde la calle se entraba a través de una escalinata que daba al vestíbulo de los intermedios o zona de recreo, con su bar incluido. Desde aquí el teatro tenía tres entradas , dos para el patio de butacas, y una para los artistas. El teatro Ulía ofrecía al público un gran patio de butacas con capacidad para unos 500 espectadores , en la primera planta, y un denominado paraíso, en planta segunda, también llamado infierno que podía recibir unas 110 personas aproximadamente. El escenario propiamente dicho era un perfecto espacio para representar con holgura cualquier representación teatral, musical o artística de cualquier signo.. En él había una gran variedad de decorados con sus respectivos telones que subían y bajaban según iba indicando su director. En esta parte del teatro estaban, también, varios camerinos. En definitiva, el teatro Ulía de Fernán Núñez era un gran teatro para un gran pueblo, era un lujo que se aprovechaba en beneficio de ese público que pedía, cultura y espectáculo. Dicen loas personas con más edad, que se acuerdan perfectamente de aquellos gloriosos días, que por sus tablas pasaron lo mejor y lo más selecto de la música española < copla>, del flamenco, y de las variedades, etc. Entre otros relevantes ar´tistas, el teatro Ulía recibió en sus tablas la visita de Antonio Molina, Juanito Valderrama, Juanita Reina, Emilio el Moro, Concha Piquer, Manolo Caracol, Lola Flores, y un largo etcétera.

En los años 70 y 80 el teatro Ulía recibió las visitas de jóvenes actores que ponían en el escenario obras de teatro clásicas, y también fue utilizado como sala de cine
 Con la llegada de la democracia, el teatro se fue muriendo poco a poco, pues el cine, con la llegada de los videoclubs, ya no iba siendo rentable economicamete, pues, la gente prefería ver una película de estreno o reciente, a asistir a una vieja película. Por todo ello, y poco a poco, y sin darse cuenta nadie, el teatro, ahora ya solo cine, iba apagando su larga y fecunda vida.Al final, los propietarios echaron el cierre y el teatro-cine dejó de existir.




Se cuenta que , más tarde, un consejero de la antigua caja provincial de ahorros de Córdoba, propuso a su presidente, que esta entidad financiera, a la vista del cierre teatral, comprase el teatro y luego lo pusiese en valor  para la cultura del pueblo. Todo no dejó de ser una idea y una propuesta, Lo cierto es, que el teatro Ulía dejó de existir y a los años fue demolido totalmente, y con ello se fue al otro mundo una página bella, romántica y cultural del pasado de Fernan Núñez. Hoy el teatro es un inmenso solar, que espera, con seguridad, mejores tiempos para la construcción Nosotros, desde estas líneas, hemos querido dejar constancia de una vida que se fue y que ya no es posible degustarla para nosotros jóvenes.

Extraído de https://mail-attachment.googleusercontent.com/attachment/u/0/?ui=2&ik=1867333be7&view=att&th=13a44f676432e097&attid=0.2&disp=inline&realattid=f_h82u0o200&safe=1&zw&saduie=AG9B_P9ti_eq8dPQILyz5BXkfLSg&sadet=1350316592246&sads=GLGGyvLmpUgTWLVp9-u1-9EWJ9Q&sadssc=1

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