La razón es la manera
que tenemos los humanos de fundamentar ideas a partir de los datos recogidos.
Con la razón pensamos, y con ella tratamos de dominar la realidad que nos
circunda y hacerla más útil y agradable. Pero la razón tiene sus propios
enemigos, entre ellos al alcohol y mucho peor a la religión. La razón está ahí,
dice pero hay que ejercitarla para sacarle provecho y que la misma nos conduzca
a un mundo personal más gratificante y donde los factores externos a la razón
no se impongan a ella. La razón nos hace adultos y más libres y sin razón somos
más obedientes a los poderes que nos sustituyen.
Cuando bebemos mucho,
cuando el alcohol nos invade todo el cuerpo, la razón disminuye y entonces ya
no somos seres humanos autónomos con libertad para pensar. Razonar es pensar
con orden. Se trata de hacer argumentos en un discurso sensato y coherente.
Cuando pensamos lo que estamos haciendo es tratar de sacarle el jugo a la
realidad que nos rodea y donde nosotros estamos dentro El alcohol en nuestro
organismo de manera considerable, lo que hace es tapar a la razón, ocultarla, y
así somos un poco más animales y menos seres humanos.
La razón necesita a
los datos y la intuición para que desde esas posiciones y con la ayuda de un
lenguaje concreto y preciso se creen argumentos sólidos y creativos, que
a todos nos sirvan para disfrutar más y menor de la realidad. No hay
ideas sin palabras y toda palabra necesita una idea que transmitir, de donde se
deduce que idea y palabra son recíprocas en su existencia. Resumimos diciendo
que es necesaria la presencia de datos, palabras y razón para cultivar un
discurso creativo y coherente.
La razón es el
elemento que mejor define a una persona, o mejor dicho somos personas porque
razonamos. Esa es la cualidad que mejor define a la condición humana. A partir
de datos que pueden demostrarse los hombres construyen sus razones en cualquier
campo y sacan tesis y soluciones para la vida.
El alcohol es una
droga y como toda droga lo que hace es disminuir la capacidad de actuación de
la razón y desde ese momento ya no somos personas que pensamos en toda su
amplitud, somos personas que estamos y decimos cosas, pero no razonamos con
absoluta naturalidad. El alcohol ha existido y existe en todas las culturas y
su función es dejar fuera a la persona que lo consume de la realidad que tiene
enfrente. El alcohol hace que nos situemos al margen de la realidad, que nos
evadamos de ella, en el fondo se trata de disminuir la capacidad de pensar, de
razonar y por el contrario de actuar por instinto por sí mismo y sin atender a
ninguna regla. El alcohol nos convierte en menos personas y en más animales,
por ello, es necesario recuperar la razón para ser lo que somos, personas
que actuamos conforme a juicios que se demuestran, que se ven y hacen mejorar
nuestras vidas.
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