miércoles, 5 de junio de 2013

Pensiones del futuro.

Los estados modernos y democráticos del primer mundo se caracterizan por ser capaces de cumplir con un bienestar económico para su población, una seguridad  y libertad para el conjunto de sus ciudadanos y por último el mantenimiento del orden legal aprobado por todos. Ese es el eje de toda política de progreso desde las democracias occidentales.

Dentro del llamado bienestar económico general, los gobernantes de estos países democráticos ,entre ellos España, se preocupan de un eje marcadamente social que englobaría  a las pensiones, la educación y la sanidad como materias universales para sus ciudadanos.

En lo que se refiere al sistema público de pensiones en nuestro país, el asunto es muy importante y la tradición señala un sistema de reparto para las personas. ¿Qué significa eso? Algo tan sencillo como que los trabajadores en activo y sus respectivas empresas aportan  de manera muy detallada una cantidad concreta a un fondo común, y desde aquí se reparte al conjunto de pensionistas en ejercicio. Tan claro es el asunto que diríamos que mientras más personas trabajando, más ingresos tiene el fondo y más claro el horizonte económico de sostenibilidad. Pero que ocurre si hay problemas de pocos trabajadores en activo y una gran carga de pensionistas perceptores y un futuro largo de vida por delante. Pues que lo que se recauda puede que no sea suficiente para repartir a todos. Entonces la solución técnica es muy razonable, menor cuantía para cada pensionista o bien menor cuantía según su propia aportación. El asunto y el debate está servido. Veamos los datos y opinemos todos. 

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