Dentro del llamado bienestar económico general, los gobernantes de estos países democráticos ,entre ellos España, se preocupan de un eje marcadamente social que englobaría a las pensiones, la educación y la sanidad como materias universales para sus ciudadanos.
En lo que se refiere al sistema público de pensiones en nuestro país, el asunto es muy importante y la tradición señala un sistema de reparto para las personas. ¿Qué significa eso? Algo tan sencillo como que los trabajadores en activo y sus respectivas empresas aportan de manera muy detallada una cantidad concreta a un fondo común, y desde aquí se reparte al conjunto de pensionistas en ejercicio. Tan claro es el asunto que diríamos que mientras más personas trabajando, más ingresos tiene el fondo y más claro el horizonte económico de sostenibilidad. Pero que ocurre si hay problemas de pocos trabajadores en activo y una gran carga de pensionistas perceptores y un futuro largo de vida por delante. Pues que lo que se recauda puede que no sea suficiente para repartir a todos. Entonces la solución técnica es muy razonable, menor cuantía para cada pensionista o bien menor cuantía según su propia aportación. El asunto y el debate está servido. Veamos los datos y opinemos todos.
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