jueves, 20 de diciembre de 2012

La dignidad está en la persona no en el vagón.

Cuentan los periódicos en su edición de ayer las manifestaciones del presidente del Tribunal Supremo español en las que viene a decir " que le parece mal que su cargo tenga que viajar en clase turista. Vamos que ello no es digno". Hasta aquí la idea trasladada desde  su boca a los medios de comunicación.

En un país en crisis y con lo mal que lo están pasando millones de españoles, para nosotros , dos jóvenes aprendices de la vida y de la escuela, nos suena muy fuerte, casi nos atreveríamos a decir, que es un insulto a la gran mayoría de los parados, y no parados de nuestro país  El dinero público es de todos y hay que saberlo administrar hasta el máximo, y más ahora que estamos en crisis. Una cosa es el sueldo de los altos cargos y otra muy distinta sus prebendas, sus añadidos. Hay que ser austeros y mirar hasta el último céntimo gastado con eficiencia. Y además nos preguntamos ¿qué es eso de que viajar en turista el presidente del Supremo daña la imagen de la institución? A la pregunta planteada se le pueden dar muchas palabras y razones para justificar que no hay ningún daño ni moral, ni de imagen ni de ningún tipo a la valoración que para todos representa el Tribunal Supremo. 

Pasamos a poner ejemplos de filosofía distinta a la planteada por Carlos Moliner. Tenemos constancia, que el primer ministro finlandés en su pasada visita a Madrid viajó no sólo en turista sino que lo hizo en compañía de bajo coste. Su regreso a Helsinki duró horas por ese motivo y no paso nada. El primer ministro del Reino Unido vino a pasar un fin de semana a Granada, y también lo hizo en compañía de bajo costo y se instaló en un hotel de 3 estrellas. En la época de la transición el alcalde de Sevilla Manuel del Valle solía venir a Madrid en el expresso de noche como todo el común de los mortales, y solía decir que el tren llega a la misma hora para todos, ya vengan en primera o en clase turista.

En definitiva, el día en que todos los dirigentes de nuestro país no  tengan privilegios formales, que pagamos todos y por los se recibe ningún servicio mejor, en nuestro país tendremos una democracia avanzada, europea y progresista donde no habrá prebendas para nadie y la normalidad es el pan nuestro de cada día.

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